Figueres es una ciudad de pequeños rincones en los que refugiarse,
como por ejemplo su Rambla que data del 1828, su centro peatonal, el Teatro novecentista,
el Jardín de 1914, el antiguo Hotel París que alberga el Museo del
Juguete de Cataluña y que cuenta con una exposición de más de
4.000 piezas, siendo uno los museos más importantes del mundo
en esta temática. Una colección excepcional que
bien merece la pena visitar. A pocos quilómetros, se encuentra emplazado el Castillo de
Sant Ferran, una fortificación militar de grandes dimensiones
construida durante el siglo XVIII, con una superficie de
32 hectáreas y un perímetro de 3.120 metros.